domingo, 26 de mayo de 2013

Santa Cruz de Valcárcel.

    Monasterio de Santa Cruz de Valcárcel.

     A mediados del siglo XII se levantaba en el estrecho valle de Valcárcel, al norte de Villadiego, un barrio en derredor de la iglesia de Santa Cruz : eran propiedad, uno y otra, del magnate D. Pedro Fernández,  personaje de noble familia y alta posición en tierras de Aguilar y Villadiego  y de su hermana Urraca Fernández, ambos hijos de Fernán García y Dª Estefanía de Armengol. El primero estaba casado con Dª María Pérez; la segunda lo había sido con el conde Pedro Martínez, y de su carta de arras deducimos que pertenecía a la familia del conde Pedro Ansúrez, fundador de Valladolid. 

     El proyecto de fundación de una casa religiosa en Santa Cruz de Valcárcel data de 1165. En este año y con fecha de cuatro de Agosto D. Pedro Fernándezsu mujer María Pérez y hermana Urraca Fernández, entregaron al abad premonstratense de Sta. María de Aguilar de Campóo, la iglesia de Santa Cruz con sus pertenencias y posesiones: debía establecerse en ella una comunidad de monjas bajo la regla de San Agustín, y caso de no ser posible monjas que vinieran religiosos de la misma orden, con la obligación de recibir en su seno al miembro de la familia de los fundadores que quisiera abrazar la vida religiosa, pero llevando al monasterio su hacienda si la tuviese. No efectuándose el establecimiento de comunidad, dicha iglesia, con sus posesiones volvería a la familia. El acto de donación se efectuó en presencia del arzobispo de Toledo; obispos de Burgos, Palencia, Segovia y Osma; nobles conde Nuño Pérez, Alvar Pérez su hermano, Gómez González, Gutiérrez Fernández, ayo de Alfonso VIII, y Fernando Ruiz y Pedro Ruiz, su hermano. Estos dos últimos eran herederos en Santa Cruz de Valcárcel, y por ende debían pertenecer a la misma familia que los donantes.

    No conocemos otros detalles acerca de la fundación del monasterio, una comunidad de benedictinas bajo la obediencia de Dª Elo, quien fue la fundadora y primera abadesa de Valcárcel y que casi con seguridad era hija de Dº Pedro, pero en 1186 aparece ya erigido bajo su gobierno,  lo cual indica que estos canónigos de Aguilar o no efectuaron la fundación del convento o la abandonaron pronto, por motivos que se desconocen, volviendo por ende, Santa Cruz a la propiedad de D. Pedro Fernández. Dedicóse la superiora a ampliar la hacienda de su monasterio adquiriendo en 1186 de D. Fernando Ruiz, antes mencionado, y su mujer Inés, cuanto tenían en Valcárcel , e igual cesión hicieron de su propiedad en este pueblo los nobles Gil Gómez y sus hermanos Manrique Gómez, Diego Gómez y Jimena Gómez, exceptuando únicamente la propiedad hereditaria que llevaba el carácter de mayorazgo. Esta cesión se efectuó a presencia del obispo de Burgos, del conde Fernando Núñez, alférez de Alfonso VIII, de Rodrigo Gutiérrez, mayordomo del rey, de Gutierre Díaz de Sandoval y otros dos nobles.

   La carta oficial de constitución y dote del monasterio lleva la fecha de 1192, en el mes de Noviembre. La otorga D. ª Elo, al parecer ya monja en dicho monasterio, si tal significa la calificación de “famula Lei” que se da así propia, e intervienen con su autorización la madre de la misma, D. ª María Pérez, viuda ya hacia dos o tres años, y sus hermanos D. Fernando, D. Gómez, D. ª María y D. ª Milia, que debían de llevar el apellido Pérez. La comunidad observara la Regla de San Benito; ella y sus bienes quedan exentos desde esta fecha del patronato de la familia y de cualquier otra persona civil, y son puestos bajo la tutela de la Corona, a la cual corresponderá la protección del monasterio y defensa de su justicia. Cede D. ª Elo toda su propiedad patrimonial y comprada en Valcárcel, vasallos, tierras y derechos; cuanto le pertenece en Pradanos del Tozo y Barrio Panizares: la iglesia exenta de San Vicente de Fuente Urbel con sus dependencias; la propiedad de San Adrian junto a Fresno, la de Montorio, Serruela, hoy despoblado, Ubierna, Rebolleda, Tajadura, Isar; Coculina, Fuencívil, Melgosa, Villalibado, Boada, Villahernando, Olmos de Pisuerga y Villaherreros.
   En 1239 consta que la abadesa era Dª Sancha Gutiérrez de quien se tienen escritos donde solicitaba acrecentar la hacienda del Monasterio. 

    Se sabe que la prosperidad del Monasterio no duro mucho puesto que al consistir la mayoría de las rentas en productos agrícolas de sus posesiones, estos escasearon a finales del siglo XIII y principios del XIV, llevando al Monasterio a una pobreza extrema a lo que había que añadir los trastornos políticos de la época. 

   En 1315 el rey Alfonso XI socorre al Monasterio cediéndole los tributos de 10 vecinos del pueblo para gastos del culto y ornamentos sagrados. 

   En 1470 y como consecuencia de las menguadas rentas de su dote y dado que las monjas carecían de lo necesario para la subsistencia, el Obispo de Burgos Dº Luis de Acuña incorpora la comunidad a la benedictina de Palacios de Benaver agregando los bienes y rentas del Monasterio de Valcárcel, aprobándose el 15 de noviembre de ese mismo año la extinción del Monasterio.

    En su conjunto apenas llegan a cincuenta los escritos que se conservan durante la existencia del Monasterio de Santa Cruz de Valcárcel, pero alumbran conocimiento sobre la vida de la comarca en ese antiguo periodo que de otra manera hubiese sido imposible tener.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Villadiego. Inversiones.


    Villadiego destina 700.000 euros de su presupuesto para inversiones.


                           Diario de Burgos. 08 - 05 - 2013.




     Más de cuarenta por ciento del presupuesto del Ayuntamiento para este ejercicio, que asciende a 1.749.700 euros, se destinará a inversiones reales, entre las que destaca el derribo de la casa donde se supone que nació el Padre Flórez, que fue adquirida el año pasado por 24.000 euros, y levantar un inmueble que destinará en su totalidad a albergar distintos servicios sociales, entre ellos el Centro de Acción Social (CEAS), según manifiesta el alcalde, Ángel Carretón.


    El presupuesto municipal para este proyecto del CEAS asciende a 240.000 euros y junto a la pavimentación de varias calles de la localidad, para las que hay reservada una partida de 100.000 euros, y la mejora de instalaciones deportivas, en concreto de un proyecto para cubrir un frontón, también presupuestado en 100.000 euros, se llevan la mayor parte de los fondos del capítulo de gastos o inversiones para este año.

El inmueble de la derecha, en la calle Diego Porcelos, es donde se cree nació el Padre Flórez y está en ruinas. DB


    Además, según señala Carretón, también se contempla una partida de 20.000 euros para adquirir unos terrenos en el polígono industrial de la villa para unirlos a unas parcelas de propiedad municipal, así como ampliar el cementerio (29.000 euros), mobiliarios para el parque de bomberos y la guardería (10.400 euros),  adquisición de equipos informáticos (4.500 euros), finalización de la reforma de la casa consistorial (60.000 euros), adquisición de maquinaria de jardinería (4.500 euros) y compra de contenedores de residuos (3.000 euros).

Sin deudas


    Carretón se muestra satisfecho de la gestión económica que viene realizando el equipo de gobierno «porque no tenemos ni un euro de crédito ni deudas», afirma con  rotundidad.

http://www.diariodeburgos.es/noticia/Z1170218D-B449-E8D4-A8CE22C13FD909B2/20130508/villadiego/destina/700000/euros/presupuesto/inversiones

lunes, 6 de mayo de 2013

Robo de Palazuelos.



Piden más de 150 años por torturar y robar a un anciano en su vivienda.

M.R. / Diario de Burgos. Lunes 06 mayo 2013.
    Los cuatro acusados de maniatar y torturar a un anciano en su vivienda de Palazuelos de Villadiego con el objetivo de robarle se enfrentan a penas de prisión que ascienden a 153 años. La tortura a la que sometieron al anciano, Francisco Manzanal, de 81 años, quemándole con una plancha por todo el cuerpo y abandonándole atado con las manos a la espalda, hizo que muriera meses después en el hospital San Juan de Dios.


    La Fiscalía solicita 38 años de cárcel para tres de los acusados, R.A., C.F. y E.I., y 39 para el cuarto, L.I., que ya tenía antecedentes. Les imputa los delitos de robo con violencia, asesinato, detención ilegal y robo continuado con fuerza. El juicio se celebra hoy y mañana en la Audiencia Provincial. Según el escrito de la Fiscalía, conocían las costumbres de la víctima y sabían que vivía solo en Palazuelos de Villadiego, ya que uno de los acusados había realizado trabajos de albañilería en el pueblo durante el verano. También tenían el convencimiento de que la víctima guardaba en su casa el dinero de la venta de unas tierras. 



    Por esa razón, según el escrito del Ministerio Público, el lunes 14 de noviembre de 2011 se desplazaron en coche desde Vizcaya a la localidad burgalesa. Sabían que la víctima tenía por costumbre acudir los lunes al mercadillo de Villadiego, de donde regresaba alrededor de las 14.30 horas. De ese modo, aprovecharon para colarse en la vivienda de la víctima por una ventana de la planta superior. Una vez dentro, registraron todas las dependencias en busca de dinero, pero no lo encontraron, así que decidieron quedarse en el pueblo para entrar por la noche y obligar a la víctima que les dijera dónde tenía el dinero. 



    Mientras tanto, entraron en una vivienda del pueblo, donde estuvieron bebiendo y se llevaron diversos objetos, entre ellos dos navajas, dos rollos de cinta de embalar, una escoba eléctrica y una plancha. Además de provocar daños en la casa por valor de más 2.000 euros. Alrededor de las 23.30 horas se dirigieron a la casa de Francisco. Tras cortar el cable de teléfono de la fachada principal, llamaron al timbre. La víctima, que estaba ya en la cama, fue a abrir y los acusados entraron de forma violenta, empujándole y arrastrándole hasta una habitación mientras le exigían que les entregara el dinero bajo amenazas de muerte.

http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/2013-05-06/piden-mas-de-150-anos-por-torturar-y-robar-a-un-anciano-en-su-vivienda

miércoles, 1 de mayo de 2013

Peña Amaya . Ruta.


 LA PEÑA AMAYA.  2.  LA RUTA. 



   De todo lo contado, hoy poco nos ha quedado. En la ruta propuesta, podremos observar la trinchera abierta en dura roca de acceso al castro, posiblemente de época cántabra. Las ruinas del pueblo medieval, que tal vez reaprovechó estructuras más antiguas. En la mole donde estaba el castillo, será fácil desde la vista aérea distinguir la estructura del pueblo y las murallas concéntrica


    En el mismo castillo se conservan restos de algunos cimientos, descubiertos por una empresa de arqueología con la autorización de la Junta. Por desgracia, también veremos otras catas ilegales y que desde aquí reprobamos.

    La ruta propuesta incluye un paseo por todos estos restos, vigilados hoy por el vuelo de los buitres y alimoches, verdaderos protagonistas actuales de la Peña Amaya, aunque diezmados debido a la actual y estricta normativa ganadera, que se olvida totalmente de la conservación de la vida salvaje. Las vistas desde las cimas serán espectaculares.

    Empezaremos en el aparcamiento, en el que para los que se haya subido en coche será la explanada al final de la pista de tierra a media altura de la peña Amaya. En esta explanada ya nos podremos situar, viendo al Sur, por la pista donde hemos venido, nuestra comarca y mucho de sus pueblos. Al Norte tendremos la imponente peña de Albacastro, que discurre paralela a las formaciones de Peña Amaya. La peña de Albacastro, de altura similar a las formaciones de Peña Amaya es otro gran ejemplo de las loras burgalesas. En su ladera sur, visible desde el aparcamiento, podremos observar las repoblaciones de pino en escalera realizadas por el ICONA con nulo acierto, que en muchos casos ha llevado a la erosión de la ladera. Al Oeste, a lo lejos, podremos distinguir algunos de los picos de la montaña palentina, Curavacas, Peña Redonda, que en días claros podremos observar desde arriba con más claridad. En la misma dirección, en el fondo del valle, entre las dos peñas de Albacastro y Peña Amaya se encuentra el abandonado pueblo de Puentes de Amaya, en el que hace bastantes años aún conservaba una iglesia en ruinas con bonitas pinturas románicas.

     Hacia el Este tendremos el camino de ascensión, el cual deberemos hacer andando. Por este camino empezaremos a observar las primeras huellas de sus antiguos pobladores, viendo las trincheras, que servían de camino entre roca viva abierta a pico. Este era el camino de acceso a las poblaciones y fortificaciones superiores.

    Siguiendo recto el camino, en dirección hacia la ahora visible mole del Castillo, pronto llegaremos, a unos 400 metros del origen de la ruta, al antiguo y hace tiempo abandonado poblado medieval, construido seguramente sobre restos de las anteriores poblaciones. Lo que hoy podremos ver, en un área de 1200x400 metros, será montones de piedras que nos harán imaginar la original disposición de casas, corrales y calles de la población. También se podrá intuir el trazado de las antiguas murallas.


    Nuestra ruta transcurrirá siguiendo el camino, a la misma altitud y bordeando la peña del Castillo por la derecha. Pasaremos por unos árboles muertos y pronto veremos al fondo a la derecha un vacío depósito de agua. Nosotros seguiremos a la izquierda por la acequia que llevaba el agua al depósito desde la fuente. Podremos comprobar la razón por la que el depósito está vacío, y es que lo que en su día fué una acequia en bajada hasta él, hoy lo es en subida, debido a los desplazamientos de la montaña. También veremos ya la peña de la Muela, a donde queremos subir.

    En la fuente podremos refrescarnos un rato con su limpia agua, algo necesario si elegimos para realizar la ruta el verano, debido a la ausencia de sombras.

    Nuestro camino seguirá hacia el Noreste, subiendo y acercándonos a la base del acantilado de la peña de la Muela, que en donde empieza su parte más gruesa, es por donde podremos subirla. El camino a seguir, será un corredor natural, que estará señalizado con amontonamiento de piedras a modo de mojones. Será visible una vez estemos allí en la base. La ascensión tiene un poco de dificultad y habrá que hacerla en zig-zag y con sumo cuidado de dónde pisar.

    En unos 20-30 metros desde la base del acantilado, estaremos arriba. Desde aquí tendremos una buena visión desde arriba de la Peña el Castillo, a la que subiremos una vez hayamos visitado la Muela. A partir de ahora podremos recorrer hacia el Este los 2-3 Km. de la Muela hasta llegar al final, donde está su parte más alta y señalizada por un vértice geodésico. Estaremos a 1377 metros de altitud. En días claros, las vistas serán espectaculares. Al sur podremos ver muchos de los pueblos de nuestra zona: Sotresgudo, Barrio la ermita de San Miguel de Zarzosa, Olmos... Hinojal no será visible al estar metido en un valle, pero si se podrá ver la mayor parte de su término. Hacia el Noreste podremos ver entre otras, la zona de Humada, Peña Ulaña y entrever el cañón del Rudrón.

    Podremos pasear por la meseta de la Muela, viendo los restos de antiguas casetas y muros a modo de refugio que quedan. La vuelta la haremos por donde hemos venido, para bajar la Muela por el mismo corredor.

    En vez de bajar hacia la fuente, una vez al pie del acantilado abajo del corredor, seguiremos por el camino que transcurre pegado a las paredes de roca de la Muela hasta el Collado entre la peña del Castillo y la de la Muela.



    Cuidado al transitar por aquí, ya que vamos pegados e incluso debajo de la pared, en la que recientemente ha habido desprendimientos.

    La forma del collado nos recuerda a la pirenaica Brecha de Rolando cerca del valle de Ordesa. Esta formación bien podría ser considerada la "Brecha de Joselón", actual y a la vez mítico guardián de la Peña Amaya . No es raro verle por allí estudiando la naturaleza y su relación e influencia con lo humano, que puede sorprender hasta a los más incrédulos.



     A esta altura del collado, seguiremos a la izquierda de la Peña el Castillo hasta encontrar el empinado y peligroso corredor que nos llevará hasta la cima de la peña donde estaba la antigua fortaleza de Amaya.

    Habrá que extremar la precaución en caso de que el suelo esté resbaladizo, siendo desaconsejable subir por aquí si no es con material y preparaciones adecuadas. Arriba, si nos fijamos bien podremos ver algunos restos de muros y cimientos que formaban parte del hoy desaparecido castillo.

    Igualmente las vistas desde aquí serán espectaculares. Es interesante fijarse en los restos del poblado, ahora mucho más abajo dirección suroeste. Desde esta altura será más fácil distinguir la forma que tuvieran las casas, corrales y calles, así como las murallas concéntricas.
Difícil distinguir corral de muralla, pero de lo que no nos cabe la menor duda es de las historias épicas aquí ocurridas, ya sea a base de espada o de arado de campesino o cayado del pastor.



    La bajada la podemos hacer desde el Castillo dirección Sur por otro corredor, con menos inclinación que el de subida pero que igualmente puede ser peligroso. Justo aquí podemos ver unas piedras bien colocadas que fueron uno de los muros del castillo. Siguiendo bajando, llegaremos a los restos del poblado de nuevo. A partir de ahí la vuelta será por el mismo camino que subimos desde el aparcamiento.

Bibliografía:

- Cañizar de Amaya. Máximo Pedrosa, Saturnino Nogales, Bonifacio Moral, Isidro García.
- Guía de Burgos: Itinerarios por la provincia. Enrique del Rivero
- Rincones singulares de Burgos. IV Sedano y las Loras. Enrique del Rivero.
- Cuadernos de Campoo nº 10. Los Foromontanos.
- www.celtiberia.org
- http://www.arrakis.es/~granada/SASAMON/HISTORIA.HTM

    Esta entrada junto con la anterior estan fusiladas de la web de Hinojal de Pisuerga. Os recomiendo su visitada por su excelente calidad.

 http://www.hinojal.arrakis.es/Rutas/PenaAmaya/PenaAmaya.htm


Peña Amaya. Historia.


   
LA PEÑA AMAYA.  1. LA HISTORIA.

 La Peña Amaya, situada al principio de la comarca de las Loras en Burgos, significa el final de la meseta castellana con sus grandes peñascos y farallones de roca visibles desde toda la comarca. Hoy enclave natural, vigilado por el vuelo de buitres y alimoches, es fruto de la acción del hombre desde hace milenios, debido a la importancia estratégica y defensiva de esta atalaya al final de la meseta.



    La primera ocupación de Amaya se sitúa en la Edad del Bronce hace unos 3000 años. Posteriormente pasará a ser un importante castro de los Cántabros. Pueblo celta proveniente de la Europa central. Se calcula su llegada a Amaya por el 900 a.C. Estaban divididos en diferentes tribus, Concanos, Vellicos (Monte Cildá en Mave), Blendios..., siendo estos últimos los que habitaban la Peña Amaya. El resto de la comarca estaba ocupada por los Tumorgos. El pueblo cántabro resistió y no se sometió a los Cartagineses, y luchó hasta el final contra Roma, siendo uno de los últimos pueblos en resistirse a ser "civilizados" por los romanos.

    La más encarnizada lucha se sitúa entre el 29 y el 19 a.C, con la caída final de la península. Rodeados por las ciudades y campamentos romanos de Segisama (Sasamón), Pisoraca (Herrera de Pisuerga) y Julióbriga (Reinosa) resistieron ferozmente hasta la llegada del mismísimo emperador Octavio César Augusto con 7 legiones (70.000 hombres):I Augusta, II Augusta, IV Macedónica (que posteriormente se asienta en Pisoraca, Herrera), V Alaude, VI Victrix, IX Hispaniensis, X Gemina y XX Valeria Victrix, aunque la V, VI y X operaron en Asturias.. Los propios romanos narran el asedio al que sometieron a Amaya a partir del 26 a.C. con la llegada del César. Finalmente los cántabros empezaron a sucumbir a partir de la victoria romana en Monte Cildá.

    El historiador Estrabón, relató historias de la encarnizada lucha y coste para someter al pueblo cántabro" ...la táctica y el número obtuvieron la victoria final, pero los vencidos dejaron pruebas impresionantes de su amor a la independencia. (...) las madres que matan a sus hijos para que no caigan en el poder del vencedor, el mozo que viendo a sus padres y hermanos prisioneros, los mata a instigación de su mismo padre, el guerrero que invitado a un convite, se arroja a las llamas, la mujer que se suicida después de acabar con sus compañeros de cautiverio, los que se envenenan con el tóxico de hierbas que llevan siempre consigo en previsión de la desgracia, y aquellos otros, mas heroicos todavía, desde las cruces donde expían el castigo glorioso de haber defendido su patria, insultan a sus enemigos y cantan alegres canciones de guerra ... "



    Una vez superada la resistencia, los romanos refundan en la Peña Amaya la ciudad de "Amaia". Esto supondrá un período de paz y prosperidad para la ciudad y la zona bajo el dominio romano, que finalizará en el año 472 d.C con la caída del imperio. En este período, los cántabros vuelven a tener un régimen de autogobierno. Durante más de un siglo, tuvieron una total independencia, siendo gobernados por una asamblea política de dirigentes.

    En el 574, como cuenta la Chronica de Iohannes Biclarensis, el rey visigodo Leovigildo, tomará la ciudad, matando a sus jefes. Mantendrá Amaya ocupada, siendo usada como la fortaleza desde donde lanzar sus futuras expediciones. Por lo que Amaya seguirá siendo un enclave importante en la era visigoda.

    En el 711, la era visigoda empieza su fin, con la entrada de las tropas árabes en la península. Será en el año 714 cuando Tarik cerca Amaya, asediándola durante meses hasta que la falta de víveres de la fortaleza obliga a Amaya a sucumbir- Consigue tomarla, expulsando al duque Pedro, padre del futuro Alfonso I. Amaya será ciudad árabe hasta el año 734, cuando incapaces de sostenerla militarmente ante la presión de la reconquista de los reyes cristianos comenzada en el 718, aplican la estrategia de tierra quemada, arrasándola.

    Será tomada finalmente, por el rey Alfonso I el Católico en el año 754 junto con toda la zona de Saldaña y Mave. Pero seguirá siendo un territorio despoblado debido a ser una zona de batalla en la que ni uno ni otro bando sería capaz de sostener. De hecho, a la población cristiana, que por regla general había sido respetada por los señoríos musulmanes, fué dirigida por Alfonso I y llevada hacia el norte, al reino Astur-Cántabro. Quedó una zona despoblada desde la cordillera cantábrica hasta el Duero. La situación se agravó con unas posibles reiterativas sequías. También, los supervivientes de los enfrentamientos se refugiaban en las montañas del norte y Asturias: "Eran en poca tierra muchos hombres juntados. Visquieron castellanos grand tiempo mala vida; en tierra muy angosta de viandas fallida. Lacerados muy grand tiempo a la mayor medida; véyense en grand miedo con la gent descreyda".

    No será hasta el 860, cuando el conde Rodrigo mandado por el rey y posiblemente su hermanastro Ordoño I de Asturias, repuebla y restaura la ciudad, Amaya Patricia, conscientes de la importancia estratégica de este enclave. El conde Rodrigo reconstruirá la ciudad y fortifica con altas murallas, desde las que gobernará los territorios que serán el embrión de Castilla la Vieja. En la atalaya natural ahora conocida como "el Castillo", construirá una inexpugnable fortaleza. En la altura intermedia asienta la ciudad con población proveniente del norte. Gentes que una mano labraban la tierra y con la otra la defendían a espada. Desde Amaya se pudo controlar todo el extenso y fértil territorio con abundantes aguas, que se abría sobre la meseta. Esto sirvió de expansión para los pueblos del norte, que subsistían en las tierras más difíciles e improductivas.



    Sería Diego Porcelos, seguramente hijo del conde Rodrigo, el poblador de las tierras más al sur, Burgos y Ubierna. La cercana Villadiego toma su nombre como fundador o señor.

    Durante este tiempo, la ciudad fue asaltada, varias veces por los ejércitos árabes, pero la sólida fortificación y la característica defensiva natural de Peña Amaya sirvió para que fueran rechazados. Una vez nos paseemos por ella comprenderemos la facilidad de su defensa, siendo solamente posible humillarla mediante largos asedios. Años después, reinando Ramiro II, se realiza una definitiva repoblación.

   Con el avance de la reconquista y aseguradas las tierras más al sur, la ciudad de Amaya irá perdiendo su importancia estratégica y por tanto política. La villa medieval permanecerá en el cerro, amparada por la fortaleza que se alza en el punto más alto, hasta que, probablemente en el s. XII, la población se traslade a la llanura inmediata. El castillo seguirá siendo sede del señor de Amaya probablemente hasta el siglo XIV. La población baja a los valles donde encontrarán unas menos difíciles condiciones de vida.

    La peña Amaya salta otra vez a las noticias de manera trágica este siglo, el 13 de Octubre de 1957, cuando se refugia en ella Elicio Rojo, tras haber asesinado a 4 vecinos de Villamayor de Treviño. Tras infructuosas búsquedas, es encontrado finalmente muerto por un pastor de Amaya y su perro en "la Loma", donde Elicio se había descerrajado un tiro en la cara. Esta historia fué llevada al cine, donde podremos ver escenas rodadas en nuestra comarca y pueblos de la ribera del Pisuerga.